Description
Humberto Morales describe la madrugada del 7 de enero de 1907, cuando los obreros de una fábrica de hilados y tejidos en Río Blanco se congregaron en las puertas de dicho edificio para exigir el mejoramiento de las condiciones laborales en las que eran obligados a trabajar; su inconformidad, los bajos salarios y las largas jornadas que debían cubrir eran reflejo del descontento en todo el país. De igual forma, habían buscado en Porfirio Díaz un árbitro que juzgara con imparcialidad el conflicto e interviniera para lograr una mejora, pero el presidente favoreció a los empresarios y ordenó la reanudación de labores en las fábricas y permitió que se les impusieran nuevas condiciones que atentaban contra la libertad y derechos de los trabajadores. No obstante, la clase obrera rechazó el fallo de Díaz y continuó con la huelga; la respuesta del Gobierno fue una de las más violentas. El Ejército del general Rosalino Martínez disparó contra los trabajadores que huyeron a Nogales y a Santa Rosa. De regreso a Río Blanco fueron interceptados por fuerzas federales que dispararon contra mujeres y niños, la represión tuvo la finalidad de anular por completo cualquier intento reivindicativo de los obreros. Orizaba fue entonces, gracias a tal efervescencia, uno de los principales centros de esta sublevación.